Sinopsis
"Me llamo Meghan Chase.
En menos de veinticuatro horas cumpliré dieciséis años. Los dulces dieciséis. Suena mágico. Se supone que, a esa edad, las niñas se vuelven princesas, se enamoran, van a fiestas, a bailes de promoción y cosas así. Se han escrito un sinfín de relatos, canciones y poemas sobre esa edad maravillosa en la que encuentras el amor verdadero, las estrellas brillan por ti y el apuesto príncipe te lleva en volandas hacia el atardecer.
No creo que ése vaya a ser mi caso."
Datos del libro
Título: The Iron King (El rey de Hierro)
Saga: El rey de Hierro
Autor: Julie Kagawa
Género: Fantasía
Dificultad de Lectura: Baja
Páginas: 408
Editorial: Darkiss
Opinión personal
Lo que me llamó la atención de
este libro fue, sin duda, la sinopsis y su portada (como se supone que todo
buen libro debe hacer, claro). Me pareció que la sinopsis contenía la
rotundidad y las aventuras que buscaba. Pero cuál fue mi sorpresa al descubrir que
esta novela comenzaba como comienzan la mayoría de las novelas de fantasía
juvenil: con una adolescente de 16 años de un instituto americano en un pueblo
perdido de la mano de Dios, y con un único amigo. La historia empezaba, por
tanto, con un cliché que me desilusionó en gran medida. No era lo que me
esperaba, no era lo que yo pensé que encontraría cuando leí la sinopsis.
Meghan Chase es una adolescente,
humana y normal, de esas que tanto proliferan en la fantasía juvenil. Una joven
que no sabe quién es y que de repente se ve envuelta en una aventura de la que
no puede escapar. El gran misterio de su vida es descubrir porqué su padre
desapareció el día de su sexto cumpleaños, en el lago de un parque. Diez años
después, su madre ha rehecho su vida con otro hombre, y ahora Meghan tiene un
hermano de cuatro años, Ethan.
Hasta ahí todo normal. La típica
chica que no encaja en el instituto, de la que nadie suele acordarse y que es
fruto de las bromas de los chicos más populares del instituto. Su gran amigo, Robbie,
es su único consuelo. Pero cuando cumple 16 años empiezan a aparecer mensajes
en las pantallas de los ordenadores, monstruos bajo la cama y su hermano de
pronto se comporta como si estuviera poseído por el mismo demonio. Cuando
Robbie le confiesa la verdad que hay tras ese comportamiento, que su hermano ha
sido sustituido por un truequel y que la única forma de conseguir que vuelva es
ir a buscarlo al País de las Hadas, donde él es un duende llamado Robin
Goodfellow, Meghan descubre todo aquello que sus ojos nunca han podido
identificar: ese mundo secreto de hadas, duendes, elfos y todo tipo de
criaturas.
En el País de las Hadas Meghan
conocerá las dos grandes cortes, la Corte del Verano y la Corte del Invierno.
Descubrirá el más grande secreto que se esconde entre los reyes Oberón, Titania
y Mab. Sí, los personajes salidos de El
sueño de una noche de verano cobran vida en esta novela y se convierten en
los señores de esos territorios, eternamente enfrentados, eternamente enemigos.
Pero tras todo aquello se esconde algo más, un misterioso Rey de Hierro que se
atribuye el secuestro de su hermano y que quiere atraer a Meghan hasta sus
dominios. Sólo con la ayuda de su amigo Robbie (ahora Puck, una vez que ha
desvelado su verdadera naturaleza), de un Príncipe del Invierno que sólo quiere
matarla, y de un gato parlante, podrá aventurarse a descubrir todo lo que se
esconde en el País de las Hadas y rescatar a su hermano.
Y es precisamente ese rey de
hierro lo que da un matiz a la historia que ha hecho que me atraiga tanto.
Porque en el fondo, hay un matiz humano, un llamamiento a una sociedad basada
en la construcción, en la tecnología, en el avance, en el progreso. Una
sociedad que ha olvidado sus orígenes, que están en el corazón de la
naturaleza. Ese mundo de hierro del que se jacta el rey bien podría ser el
vertedero de la humanidad, allí adonde van a parar las máquinas obsoletas. Y si
los duendes y las hadas existen por los sueños de los seres humanos, me pareció
muy llamativo que esos mismos sueños ya no hayan dado lugar a un mundo de
naturaleza salvaje y magia, sino a un mundo de hierro y acero.
En definitiva, es una novela
entretenida para quien busca aventuras sin parar y que no le importa perdonar a
la autora por utilizar ciertos clichés que han hecho que la obra no sea tan
perfecta como podría haberlo sido de haberlo resuelto de otra manera.
Ahora bien, el gran
inconveniente, y el problema que encontré en la historia es que salvo Meghan y
los personajes que la acompañan con cierta asiduidad, ningún otro personaje
aparece en más de un capítulo. Se trata de una sucesión de aventuras, huidas,
peleas, que me recuerda a una película o a un videojuego. La protagonista va
superando los distintos niveles, pero nunca llega a encontrarse dos veces con
el mismo duende, rey, reina, sirviente, gremlin, pisquis o hada.
Por suerte, el argumento es lo
bastante bueno como para seguir leyendo, lo que me llevará a leer los restantes
libros de la saga.
Lo mejor: como acabo de mencionar, el argumento es interesante. El
mundo de las hadas es algo que he leído en pocas ocasiones, por no decir en
ninguna, por lo que es una gota de color en una literatura que actualmente se
basa en libros distópicos y realistas.
Lo peor: sin duda, la sucesión de aventuras que no terminan nunca,
la sensación de que nunca paran para descansar, de que no duermen, de que no
pasan dos días en el mismo sitio y de que los personajes nunca se repiten… todo
eso me ha disgustado bastante. Espero que en los siguientes libros la autora
recupere alguno de todos esos personajes que ha mostrado, porque muchos de
ellos tienen potencial y es una pena que no vuelvan a salir.
Además, considero que los títulos
de los capítulos son demasiado evidentes, transmiten demasiada información, lo
que hace que puedas conocer de antemano lo que va a suceder en el capítulo. Son
un spoiler demasiado grande, y en muchas ocasiones, habría preferido que no
estuvieran.
PUNTUACIÓN
Personajes: 3’00
Argumento: 8’00
Ambientación: 8’5
Escritura: 7’00
Puntuación Pandora: 6'6
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